Gracias a Javier Guillén, Director General de Unipublic, empresa organizadora de, entre otros grandes eventos, La Vuelta, por su generosidad en compartir sus opiniones y experiencias en relación al ciclismo y, de forma general, el deporte como sector.
¿Cuál es el origen de Unipublic y de la organización de La Vuelta? Y ¿hasta qué punto se generan sinergias con ASO y, en especial, con los organizadores del Tour de Francia?
Unipublic es una empresa especializada en la creación, organización y comercialización de eventos deportivos de élite. La compañía nace en 1975 y, en sus inicios, gestiona algunos de los eventos deportivos más relevantes organizados en España: campeonatos del mundo de gimnasia rítmica, campeonatos de Europa de baloncesto o campeonatos de España de atletismo, entre otros. Pero si algo ha marcado la trayectoria de Unipublic es la organización de La Vuelta. En 1979, la empresa asume la responsabilidad organizativa de la Gran Vuelta ciclista a España, la prueba más importante en su modalidad a nivel nacional y una de las más importantes del mundo. Llevamos más de cuatro décadas al frente de La Vuelta en los que hemos desarrollado e implementado un sello de calidad y profesionalidad para hacer crecer una carrera que nació en 1935, hace casi un siglo. Desde 2008, con la adquisición de la empresa por parte del grupo francés Amaury Sport Organisation (A.S.O.), organizadores del Tour de Francia o el Dakar, entre otras pruebas deportivas, Unipublic goza de la estabilidad y el prestigio que le confiere una de las empresas de referencia en la organización de eventos a nivel mundial.
Con A.S.O. hay sinergias en cuanto a la filosofía y al entendimiento de los principios deportivos de los eventos, especialmente los de ciclismo. También en cuanto a la calidad y a la distribución televisiva: A.S.O. ha hecho que La Vuelta se proyecte exponencialmente a nivel mundial. Hoy en día la carrera llega a 192 países.
¿Cómo pueden los patrocinadores profundizar en el proceso de desestacionalización de su activación?
La desestacionalización es propia de cualquier evento si entendemos un evento como un hecho temporal concreto. Por tanto, todos los eventos adolecen del vicio de la estacionalidad; es un mal endémico a todos ellos. Los patrocinadores pueden afrontar sus activaciones de maneras diferentes para profundizar en el proceso de desestacionalización. Un primer ejemplo es mediante la asociación a campañas de comunicación fuera del período del evento, pero poniendo en valor y enviando mensajes para mostrar que son socios del evento.
Otra alternativa es asociarse a otros eventos del mismo deporte que ocupen diferentes espacios de tiempo en el calendario. Eso les permite una estrategia de continuidad a lo largo de diferentes períodos de tiempo y basada en estar presentes en eventos similares a aquel evento que podría considerarse como el evento principal que la marca está patrocinando.
¿Cuál entiendes que es el futuro del ciclismo “virtual” y cómo se combina con las grandes vueltas y, en general, con el ciclismo, también a nivel amateur-de recreo?
El ciclismo virtual tiene un nicho de crecimiento muy importante gracias a la tecnología y a dos circunstancias fundamentales: el ciclismo virtual se puede entender como una actividad ciclista en sí misma o se puede entender como un complemento del resto de disciplinas ciclistas que se practican al aire libre. Como actividad ciclista en sí misma estamos viendo que cada día hay más ciclistas especializados en ciclismo virtual, que hay equipos profesionales que cuentan con una división de ciclismo virtual o que se están celebrando competiciones oficiales de esta disciplina. Sin ir más lejos, La Unión Ciclista Internacional ya ha celebrado dos ediciones del campeonato del mundo de ciclismo virtual, una en 2020 y otra en 2022.
Por otro lado, el ciclismo virtual como un complemento al resto de disciplinas ciclistas que se practican al aire libre se puede entender desde varios prismas. El primero de ellos es para que los profesionales añadan nuevas herramientas a sus técnicas de entrenamiento. Un buen ejemplo es que Jay Vine, campeón del mundo de ciclismo virtual en 2022, ha ganado dos etapas en La Vuelta de este año, por lo que el ciclismo virtual y el ciclismo real no están tan alejados. El segundo de ellos es que los aficionados puedan recrear cualquier etapa de una gran vuelta, competir desde casa o, incluso, rodar junto a profesionales gracias a la implicación que corredores y equipos están teniendo últimamente en el ciclismo virtual.
Uno de los retos que afronta el deporte, en general, pero también el ciclismo en ruta, en particular, es la tendencia de la audiencia a, primeramente, compartir y atender diversas pantallas de forma simultánea y, en segundo lugar, a preferir contenido audiovisual deportivo de menor duración. ¿Cómo visualizas el futuro del ciclismo teniendo en cuenta este aspecto?
En cuanto al formato deportivo, yo visualizo el ciclismo de la misma manera que lo estamos teniendo estos años: carreras de un día, de varios días o grandes vueltas con recorridos muy atractivos y con corredores que saben aprovecharlos al máximo para brindar al aficionado un gran espectáculo. El futuro pasa por entender de qué manera se puede ofrecer nuevos formatos a los espectadores sin cambiar la esencia deportiva de nuestro deporte.
Con nuevos formatos me refiero a diferentes opciones: desde la retransmisión multipantalla hasta la retransmisión completa de las etapas, pasando por segmentar o comprimir parte de la etapa en formato de highlights para aquellos que quieran consumir exclusivamente a la información deportiva clave de cada día.
Por tanto, hoy en día, el problema no está en la estructura ni en la esencia de nuestro evento, sino en el formato que se le entrega a cada espectador. Ahora hay muchas formas de consumir el ciclismo y otros deportes y los organizadores debemos adaptarnos a las formas de consumo y a las necesidades de los espectadores.
¿Cuáles son los principales retos que tiene la industria del deporte, en general, con horizonte 2030? ¿Hacia dónde evoluciona y en qué medida los aspectos de sostenibilidad, tanto medioambiental, social y también económica, le afecta?
Existe un reto claro: entender y adaptarnos al universo digital que tenemos ante nosotros. España es uno de los países más avanzados en cuanto al consumo digital, solo hay que ver cómo, año a año, bajan las audiencias de televisión en favor de las audiencias digitales.
El segundo gran reto, que no es menos importante, está relacionado con la sostenibilidad de los eventos deportivos. Es, sin lugar a duda, un reto que viene para quedarse. Tenemos que trabajar en dos vías diferentes en este sentido: la primera de ellas es conocer, mediante estudios, la huella de carbono de los eventos. La segunda vía es trabajar en las medidas para reparar y compensar esa huella de carbono en base a los resultados de los estudios realizados.