The Interview, Athletes Edition - Bea Ortiz y Álvaro Granados, Campeones de Waterpolo

Bea y Álvaro: como grandes jugadores de waterpolo que sóis (Bea fue elegida la mejor jugadora de waterpolo del año 2024 y medallista de oro en Paris 2024, y Álvaro es una de las grandes referencias del deporte a nivel mundial y miembro del equipo campeón del mundo en Singapore 2025), tenéis una visión privilegiada del ecosistema y la evolución del sector del deporte no sólo en España sino también a nivel internacional y, en especial, en waterpolo. ¿Cuáles han sido las principales evoluciones del deporte en los últimos 5-10 años en general y, específicamente, en el waterpolo?

BEA: Como regla general, el deporte ha evolucionado y ha cambiado mucho; hay más profesionalización (sobre todo a nivel de ligas y clubes, a través de una mejora estructura deportiva y administrativa) y se han aplicado tecnologías al rendimiento deportivo( como por ejemplo, aplicaciones o plataformas de videoanálisis para preparar a los contrincantes o mejorar la técnica individual de los jugadores). Por otra parte, la presencia mediática ha aumentado significativamente a lo largo de los años y, lo más importante, también hay más atención y más igualdad con el deporte femenino, aunque queda todavía camino por recorrer.

ÁLVARO: Creo que en lo que se refiere específicamente al waterpolo, el mayor cambio ha estado en la preparación física, una preparación mucho más específica y orientada al propio deporte. Y fuera del agua, lo que he podido observar en los últimos años es cómo las redes sociales y una buena estrategia de comunicación pueden transformar por completo la visibilidad y el crecimiento de deportes minoritarios como el nuestro.

Los deportistas de élite dedican una gran parte de su tiempo diario a entrenar y a competir. No obstante, existen otras tipologías de compromisos en la vida de un deportista de élite, como es vuestro caso: patrocinadores, instituciones, federaciones, medios de comunicación, etc. ¿Cómo compagináis todos estos elementos?

BEA: Por desgracia, el waterpolo no es aún un deporte que genere muchos patrocinadores a nivel individual (ni en equipo). Por lo tanto, en este aspecto, a veces es más “sencillo” gestionar estos temas porque no solemos tener exceso de eventos a causa de esto. Pero, por lo demás, al fin y al cabo, es una cuestión de orden de prioridades y, así como, también influye la organización que la RFEN Aquatics (Real Federación Española Natación) desarrolla con el equipo nacional por y para nosotros , con el fin de que podamos gestionar mejor estos compromisos. La Federación organiza un “media day” conjunto para que todos los medios puedan venir un mismo día a entrevistar a todos los jugadores y jugadoras y, por ende, hacerlo todo mucho más sencillo y, en consecuencia, asegurarse así de que no puedan afectarnos en nuestro rendimiento o en nuestro día a día.

También a nivel personal existen las agencias de representación (en mi caso, cuento con el respaldo de Go Sharing Dreams) quienes facilitan en todo lo posible el coordinar las agendas deportivas, con los patrocinadores y otra tipología de compromisos.

ÁLVARO: Siendo sincero, por desgracia, nuestro deporte, al ser minoritario comparado con otros (futbol, baloncesto, balonmano, etc), cuenta con pocos compromisos y recursos. Aun así, creo que está en nuestras manos aprovechar las muchas herramientas que hoy tenemos los deportistas para hacerlo crecer: desde pequeñas campañas o iniciativas que vayan surgiendo, hasta compartir nuestro día a día y nuestra experiencia, con el objetivo de aportar nuestro granito de arena y contribuir a que el waterpolo sea cada vez más grande y reconocido.

Precisamente, una de las fuentes de ingresos en deporte es el patrocinio que, desde hace muchos años, va mucho más allá de la visibilidad de marca y abarca, entre otros aspectos, objetivos de reputación de marca, hospitalidad, generación de negocio, experiencias únicas, etc.. ¿Cuál es vuestra opinión del patrocinio en waterpolo? ¿En qué medida los deportistas son conscientes de la importancia del patrocinio para ellos mismos, los clubes, las federaciones, los eventos, etc, y que esta importancia se tangibiliza también en una inversión en tiempo para con las marcas patrocinadoras? ¿Cómo debería evolucionar el waterpolo en especial, y los deportes acuáticos en general, para ser más interesantes para las marcas patrocinadoras?

BEA: Personalmente, considero que los patrocinios son muy relevantes, sobre todo a nivel de clubes y a nivel de federaciones. No todos los clubes que juegan en las ligas de máximo nivel de waterpolo tienen la misma capacidad económica para sostener a los equipos en lo más alto en el ámbito competitivo. Por esta razón, los patrocinadores son clave, también para la Federación, con el objetivo de que las selecciones españolas puedan tener la mejor preparación posible. Este aspecto es fundamental.

A la pregunta de cómo debería evolucionar el waterpolo, creo que es una buena pregunta que deberían hacerse las marcas. El waterpolo español a lo largo de los años ha conseguido ser: Campeonas olímpicas, campeonas y campeones del Mundo (varias veces en el caso de los hombres), campeonas y campeones de Europa (varias veces en el caso de las mujeres). Y sin olvidarnos de los clubes españoles, que hay varios en nuestro país que se han proclamado campeonas/es de la Champions en diferentes ocasiones. A la pregunta de qué debería hacer los deportistas y los clubes para ser más interesantes… creo que más no podemos hacer. Hemos luchado para que la gente se interese por nosotros/as, hemos llegado a lo más alto de nuestro deporte y las marcas siguen sin interesarse por nosotros. Creo que esa pregunta, debería hacerse desde el lado opuesto.

ÁLVARO: Creo que, en este sentido, todavía queda un camino muy largo por recorrer. Tanto los deportistas como las federaciones aún no son del todo conscientes del enorme potencial que tienen las redes sociales y el marketing para impulsar un deporte minoritario como el waterpolo. No obstante, poco a poco, los propios deportistas estamos tomando conciencia de ello y, aunque queda mucho por hacer, creo que vamos en la dirección correcta y debemos seguir avanzando por este camino. Es relevante destacar que el patrocinio es más que visibilidad de marca y se adentra en el contenido y las experiencias únicas. En este sentido, nuestras propias historias y nuestra vida también son de interés para los aficionados a los deportes acuáticos (en nuestro caso, el waterpolo).

Por su parte, nosotros, los deportistas, también tenemos que ser conscientes de que es necesario trabajar más todo lo que pueda fomentar a conseguir nuevos patrocinadores o campañas y, por supuesto, contar con apoyo externo (la propia federación, nuestros clubes, las agencias de representación – como es mi caso con Go Sharing Dreams. Y, por supuesto, las sinergias con los medios de comunicación y los propios patrocinadores.

La vida de un deportista de élite tiene “fecha de caducidad”. Después de años de entrenos y competiciones al más alto nivel (Juegos Olímpicos, Campeonatos del Mundo, Campeonatos de Europa, ligas nacionales, ligas europeas, etc.) llega el momento de la retirada (precisamente, otros dos iconos del waterpolo en España y mundial se han retirado recientemente: Felipe Perrone y Laura Ester). ¿Cómo se afronta, cuando el deportista aún está compitiendo, “el día después”? ¿Cuáles son los principales retos?

BEA: En mi caso, ese “día después” lo llevo trabajando durante toda mi vida. Hace una semana aproximadamente presenté mi segundo TFM. Así mismo, poseo un doble grado de Comunicación Audiovisual y Publicidad y Relaciones Públicas, un máster en dirección y producción cinematográfica y un máster en DIRCOM. Nunca he dejado de prepararme para mi retirada, pero sí que es cierto que es algo que asusta, porque a diferencia de las demás personas, nuestra experiencia laboral es bastante reducida.

Pero ser deportista de alto nivel te forma de otras muchas maneras y te ayuda a crecer con unos valores que a la larga nos servirán para poder trabajar en equipo de otra manera.

ÁLVARO: Siento insistir en que el waterpolo es un deporte minoritario, pero es importante recalcarlo, ya que es una disciplina en la que nadie se retira siendo rico. Por eso, el “día después” siempre está muy presente. Afortunadamente, hoy en día muchos jugadores compaginan su carrera deportiva con los estudios universitarios y son conscientes de que después habrá que dar el siguiente paso. Aun así, se vive con tranquilidad, disfrutando del presente, pero sin perder de vista el futuro profesional ni lo que vendrá una vez fuera del agua.

Creo, a título personal, que el mayor reto está en saber cuándo retirarse: encontrar ese punto de equilibrio entre disfrutar del deporte y exprimir al máximo su potencial, sin llegar tan tarde a la retirada como para que las oportunidades profesionales fuera del ámbito deportivo pasen de largo.

Como conocedores de la industria del deporte y, especialmente, del waterpolo, ¿cuáles son los principales retos, oportunidades y tendencias del sector del deporte, en general, para los próximos 5 años y, en especial, para el waterpolo?

BEA: Entre las principales tendencias destacaría: mayor competencia por la atención del público, la sostenibilidad económica de clubes de dimensiones más pequeñas, una mejora de la infraestructura y de los calendarios tanto a nivel de selección como a nivel de clubes para no sobrecargar a los atletas. Y por supuesto, y lo más importante, dar más importancia a la salud mental (gestionar las cargas de exposición mediática, normalizarlo y añadir más ayudas).

ÁLVARO: Creo que, tanto en el deporte como en prácticamente cualquier otro ámbito, la Inteligencia Artificial representa una oportunidad enorme. Además, para un deporte que por lo general cuenta con recursos limitados, como es el waterpolo, una herramienta tan poderosa puede marcar una gran diferencia: puede ayudarnos a mejorar en los entrenamientos, optimizar la táctica y potenciar el crecimiento de la marca personal y del propio deporte. Diría que esos son algunos de los principales retos de futuro, junto con aprender a utilizar las redes sociales de manera inteligente para posicionar el waterpolo y hacerlo crecer.