Gracias a Carlos Pelayo, Fundador y Director General de Proteckthor, por compartir con nosotros su experiencia y, especialmente, las razones de la creación y desarrollo de su empresa Proteckthor, con la que ya está contribuyendo al cuidado de la salud de los deportistas a través de un dispositivo que minimiza los impactos de balones en la cabeza, y sus consecuencias.
Carlos, eres el director general y máximo accionista de Proteckthor. ¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional hasta llegar al punto actual y cómo ves la evolución del sector del deporte en los últimos años?
Llevo emprendiendo más de 15 años, he creado compañías exitosas y no tan exitosas, por el camino he aprendido a minimizar los riesgos, rodearme de los mejores aliados o compañeros de viaje y he aprendido a emprender, que no es tarea fácil. El mundo del deporte y en mi caso el futbol, ha evolucionado y está evolucionando mucho en los últimos años. Se han dado cuenta que los futuros aficionados ¨niños o niñas¨ necesitan ¨vivir la experiencia¨, ya no vale con sólo retransmitir los partidos por TV, eso se quedó en los años 90s.
Proteckthor nace con el objetivo de mejorar la protección de los deportistas, en especial en edad adolescente, mitigando el impacto producido en la cabeza por un balón al ser rematado o por golpes de otra índole. ¿Podrías explicarnos en más detalle el origen de Proteckthor así como, muy especialmente, la necesidad que pretende satisfacer?
El origen o idea viene dada por mi experiencia propia. Creo que casi todo el mundo jugaba al futbol de pequeño y recuerda esos despejes en invierno cuando hacia frio que llegaban hasta crear una sensación de picor en la cabeza. Ya con 30 años me puse a buscar información al respecto y ví que había muchos futbolistas retirados con problemas, ahí es cuando se me ocurrió crear un producto saludable para que no interfiera en el juego y los deportistas estuvieran protegidos. Lo que buscamos es que los deportistas puedan practicar este deporte sin tener secuelas o posibles problemas en un futuro. Hoy se sabe mucho sobre los efectos de los golpes en la cabeza y cada vez más deportistas e instituciones están tomando conciencia de esta realidad. (antes no se usaban cascos en el ciclismo, no se usaban espinilleras en el futbol etc.
En 2015, la película “Concussion”, con Will Smith y Alec Baldwin, trató el tema de las consecuencias de los repetidos golpes en la cabeza que reciben los deportistas de futbol americano. En el futbol, ya hay paises en los cuales se prohibe el juego con la cabeza a deportistas menores de una determinada edad. ¿Cuál es vuestra opinión como Proteckthor en este debate y qué aporta vuestro producto en la fase actual? ¿Y qué aportará la evolución de vuestro producto que estáis en fase de perfeccionamiento?
Desde nuestra experiencia y ensayos en el laboratorio, la solución que están proponiendo o instaurando ¨prohibir el remate de cabeza a menores de una cierta edad¨, no tiene ninguna razón lógica (no sería una solución al problema real).
Los niños menores de 10-12 años no tienen la capacidad de rematar con la misma fuerza que un joven o adulto, aunque quizás si puedan tener choques contra otros niños o contra el suelo por su falta de control motor, pero no suelen ser de gran magnitud, ¡pero igualmente debemos protegerlos durante la práctica deportiva! Hoy en día un joven de 16 años puede casi cabecear con la misma potencia que un adulto de 24 años. El impacto de estos remates en la cabeza es significativamente mayor que en niños que aún no tienen la fuerza o el tamaño físico para rematar con tanta potencia. Por lo tanto, es esencial considerar medidas de protección para mitigar los riesgos de daño cerebral, especialmente en aquellos que se encuentran en etapas de desarrollo.
Proteckthor ha estado presente en varios torneos de futbol base, como MADCUP Football (uno de los Top 3 en el mundo, con más de 815 equipos y más de 15.000 deportistas participando), o el torneo de futbol base organizado por el RC Deportivo de La Coruña. ¿Cuál es la reacción y opinión de los deportistas menores de edad, de sus familiares así como de los clubes en los que juegan sobre Proteckthor.
La primera reacción que suelen tener es de asombro, se hacen preguntas como: ¿Para qué sirve esto? ¿El futbol puede crear un daño en el cerebro? Como muchos otros deportes, puede tener daños derivados de la practica continua y, el futbol no sólo se practica los fines de semana en un partido, lo normal es que los niños jueguen en el recreo del colegio y que lo practiquen un par de días como actividades extraescolares o porqué están en un equipo de futbol. Sabiendo esto, nosotros intentamos explicar las consecuencias de los golpes repetitivos en la cabeza, los choques con otros jugadores o incluso el posible choque con el palo de la portería. Nuestra misión es concienciar, mostrar los resultados de muchos estudios y dejar que la gente pueda probar el producto. Una vez que lo prueban nos dicen que no les parece incomodo, que sienten menos el impacto del balón al cabecear, nos dan la enhorabuena por el producto y finalmente nos preguntan dónde se puede comprar.
Como buen conocedor de la industria del deporte: ¿cuáles son los principales retos, oportunidades y tendencias del sector del deporte para los próximos 5 años?
En los últimos años la tecnología ha experimentado un cambio mucho mayor que en los últimos 30 años. Hoy en día con la tecnología se puede hacer maravillas y generar experiencias inmersivas de muy buena calidad, pero ¿estamos preparados? Creo que la tecnología experimenta una evolución mayor que la que el ser humano puede aceptar y, el mayor reto lo veo en ajustar esa ¨nueva tecnología/experiencia¨ a un público tan amplio como pueden ser los seguidores de un deporte, desde personas muy jóvenes hasta gente anciana. El mayor reto al que se enfrenta la industria del deporte es, darle a cada aficionado o seguidor una experiencia personal e única. También la innovación tecnológica junto a la analítica avanzada de datos seguirá siendo clave para el rendimiento deportivo, para prevenir lesiones y para cuidar la salud de los deportistas.
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